"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Opinión
En la buena dirección
Las confesiones
09/01/2012
El nuevo Gobierno y sus ministros van a tener que abordar todo tipo de reformas, reestructuraciones, cambios y adaptaciones a los nuevos tiempos. Tendrán que estudiarse sesudos informes y proyectos para afrontar este difícil 2012. Con propuestas exigentes para toda la ciudadanía.
Antes de ponerse manos a la obra, les recomendaría un poco de arte, porque dicen que la dura realidad siempre se ha “filtrado” a través de los grandes creadores. O dicho de otra manera, los intelectuales ponen a trabajar su creación para evadirnos del presente, para afianzar nuestros sentimientos e ideales.
Por tanto, animo a los futuros responsables gubernamentales a leer un libro, ir al cine o ver una obra de teatro y luego, tras conocer estas realidades teóricas, poner en marcha sus objetivos o sus intenciones.
En primer lugar, recomiendo la lectura de una obra inclasificable: “Yo confieso”, de Jaume Cabré. No tiene un argumento habitual, simplemente utiliza las peripecias de un violín “storioni” para contar su versión sobre la “maldad” en este mundo. Aborda varios siglos, entremezcla historias, pero en ningún momento se pierde el hilo argumental y con una escritura exquisita, da su versión de nuestra realidad. Imprescindible.
Luego no puede perderse la mejor película de la cosecha del 2011: “Incendies”. Esta producción canadiense es tan real que da miedo y nos introduce en un mundo dislocado y vivo. Comienza de la siguiente manera: dos hermanos mellizos (chico y chica) acuden al notario para conocer el testamento de su madre. Cada uno recibe un mensaje. La hija tiene que buscar al hermano que desconocen y el hijo debe investigar el paradero del padre que también desconocen. A partir de ese momento, empieza una aventura apasionante.
Y por último, hace falta otra “golpe” de “realidad” de una familia en donde impera el desconocimiento mutuo, el egoísmo y la crueldad. Esta familia de varias generaciones puede ser la metáfora de un mundo que nunca va a ser el mismo y que se ha repetido a lo largo de la historia: desde la vieja tragedia griega hasta la actualidad. Sucede en Estados Unidos, pero podría vivirse en cualquier sociedad acomodada. La obra de teatro se llama “Agosto”, una metáfora del tiempo.
Estos tres ejemplos de arte pueden servir para pasar el tiempo, para conocer nuestro alrededor y para adaptarse a los nuevos/viejos tiempos. Y son una muestra de una vida extrema y atormentada. Su argumento puede sonar irreal, pero la sociedad tiene que conocer los límites de su fuerza. El escritor argentino Ernesto Sábato decía: “Siempre de lo bueno vine lo malo, y de lo malo, lo bueno”.
José Manuel González Huesa, director de “cermi.es” y director general de Servimedia